Allá por julio leí la siguiente noticia:
«El Ayuntamiento de Lucena creará un cementerio para personas de religión musulmana. Así lo expuso en el transcurso del pleno municipal el alcalde de la ciudad, Juan Pérez, a preguntas del portavoz de Entre tod@s sí se puede Lucena, Vicente Dalda, que señaló que «no es razonable que en el pueblo de las tres culturas, en el que los nombres de las calles se rotulan en árabe», no exista aún esta infraestructura.
Según Pérez, ya se han mantenido reuniones con colectivos musulmanes de la ciudad para hacer realidad este proyecto, que podría ubicarse sobre una parcela del cementerio de San Jorge. El regidor lucentino precisó que, además de la instalación propiamente dicha, que debe incluir algunos elementos, como un cerramiento exterior, entrada independiente o una fuente, de acuerdo con el rito funerario de los musulmanes, será necesario desarrollar una ordenanza que regule su uso, como ya ocurre con los dos cementerios cristianos de Lucena.»
[Fuente: ABC]
E hice los siguientes comentarios en Facebook:
Me parece buena idea la del Ayuntamiento de Lucena. Ahora bien, siendo los cementerios de propiedad de los Ayuntamientos, ¿no sería mejor adaptarlos para todas las religiones? Lo ideal son cementerios donde no se discrimine por la religión. No tienen por qué encabezarlos una cruz cristiana cuando en él se puede dar sepultura a cualquier persona independientemente de su religión.
El Ayuntamiento debe gobernar igual para todos, «sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición», y para ello no se debería ni discriminar alguna de las partes ni poner alguna de las partes por encima de otras.
Si los cementerios son municipales, y estamos en 2015, deberían tener las características necesarias para poder dar sepultura a cualquier persona, de cualquier religión o de ninguna. Y, si los cementerios son municipales, en sus puertas de acceso no deberían haber símbolos de una determinada religión, aunque sea la mayoritaria.
Lógicamente, es solo mi opinión.
Me ha venido a la cabeza todo esto al leer otra noticia, sobre el cementerio civil de Madrid.
José Jiménez Lozano, premio Cervantes en 2002, reflexionaba así en su magnífico ensayo de 1978 Los cementerios civiles y la heterodoxia española (Seix Barral): “La condición de españolidad es una expresión sociopolítica: supone y presupone la fe. Es la Iglesia la que se ha hecho Estado aquí […]. El cementerio civil supone el fracaso de la secularización política en España, donde parece que sufrimos de una incurable impotencia para la laicidad y, por lo tanto, para la civilidad”.
[Fuente: El País]